
El oso polar es el miembro más grande de la familia de los osos; se le reconoce con facilidad por su pelaje blanco. Posee un cuello relativamente más largo y una cabeza más pequeña que la de las otras especies de osos. Su cuerpo es regordete y carece de la curvatura de hombros tan evidente en el oso pardo. Su nariz, labios y piel son negros. Al nadar se impulsa con las patas delanteras, que son de gran dimensión, mientras dejan a las traseras suspendidas.
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